Explore acreedor funciones, plazos de cobro de deudas, definiciones de partes garantizadas y derechos en nuestra guía. Aprenda a negociar y a protegerse contra acreedors.
¿Quién es un acreedor?
Un acreedor es una persona, organización o entidad a la que se debe dinero o que ha concedido un crédito a otra persona o empresa. Suele ser a quien se deben las deudas y tiene derecho a cobrar el pago o hacer cumplir las condiciones de un préstamo o contrato de crédito.
¿De cuánto tiempo dispone un acreedor para cobrar una deuda?
El plazo de que dispone un acreedor para cobrar una deuda puede variar en función de factores como el tipo de deuda y la jurisdicción en la que se aplique. En general, el plazo de que disponen los acreedores para cobrar una deuda viene determinado por la ley de prescripción. La prescripción es un plazo legal establecido por cada estado o país que restringe el tiempo de que dispone un acreedor para presentar una demanda para cobrar la deuda.
El plazo concreto puede variar significativamente. En Estados Unidos, por ejemplo, el plazo de prescripción para el cobro de deudas puede oscilar entre 3 y 10 años, dependiendo del estado y del tipo de deuda. Es importante tener en cuenta que el reloj de la prescripción suele empezar a contar a partir de la última actividad o pago realizado sobre la deuda.
¿Quién es un acreedor garantizado?
Un acreedor garantizado es una persona o entidad que posee un derecho de garantía sobre una garantía proporcionada por un deudor para garantizar un préstamo o deuda. Esta relación se establece mediante un proceso legal denominado acuerdo de garantía. El acreedor garantizado tiene derecho a tomar posesión de la garantía si el deudor incumple el préstamo o la deuda. Al poseer una garantía real, el acreedor garantizado tiene prioridad sobre otros acreedores para recuperar el valor de la garantía. También puede tener el poder de recuperar, vender o disponer de otro modo de la garantía para satisfacer la deuda que tiene con ellos.
¿Cuáles son los términos habituales en un acuerdo entre acreedores y deudores?
Los términos estándar de un acuerdo entre acreedor y deudor pueden incluir:
- Partes: Los nombres y datos de contacto del acreedor (prestamista) y del deudor (prestatario).
- Importe del préstamo: La cantidad concreta de dinero que el deudor pide prestada al acreedor.
- Tipo de interés: Tipo al que se aplicarán los intereses sobre el importe del préstamo.
- Condiciones de reembolso: El calendario y la frecuencia de los reembolsos, incluidas las fechas de vencimiento y el método de pago.
- Disposiciones sobre morosidad: Cláusulas que especifican las consecuencias, como recargos por demora o aumento de los tipos de interés, si el deudor no paga a tiempo.
- Seguridad o garantía: Cualquier activo o propiedad proporcionado por el deudor como garantía del préstamo, que el acreedor puede reclamar en caso de impago.
- Cláusulas de incumplimiento: Las acciones del acreedor si el deudor no devuelve el préstamo o incumple cualquier otra condición del acuerdo.
- Legislación aplicable: La jurisdicción cuyas leyes rigen el acuerdo y cualquier disputa.
- Confidencialidad: Garantizar la confidencialidad del acuerdo y la información relacionada.
- Modificaciones y renuncias: Procedimientos y condiciones para realizar cambios o modificaciones en el acuerdo y cualquier renuncia a derechos u obligaciones.
Es importante tener en cuenta que las condiciones específicas pueden variar en función de la naturaleza del préstamo, las partes implicadas y la legislación aplicable. Es aconsejable consultar a un profesional del derecho para asegurarse de que en el acuerdo entre acreedor y deudor se incluyen todos los términos y condiciones necesarios.
¿Cómo evalúan los prestamistas la solvencia?
Los acreedores evalúan la solvencia valorando diversos factores que permiten conocer la capacidad de una persona o empresa para devolver los fondos prestados. Estos son algunos de los métodos estándar que utilizan los acreedores para evaluar la solvencia:
- Puntuación de crédito: Los acreedores suelen basarse en puntuaciones de crédito, como las que proporcionan agencias de crédito como Equifax, Experian o TransUnion. Estas puntuaciones se basan en el historial de crédito de una persona, incluido el historial de pagos, las deudas pendientes, la duración del historial de crédito y la utilización del crédito.
- Ingresos y empleo: Los acreedores evalúan los ingresos y la estabilidad laboral del prestatario para determinar su capacidad de efectuar los pagos puntualmente. Pueden solicitar nóminas, contratos de trabajo o declaraciones de la renta como prueba de los ingresos.
- Ratio deuda-ingresos: Este ratio compara las obligaciones de deuda mensuales totales de un prestatario con sus ingresos mensuales. Un ratio deuda-ingresos más bajo indica una mejor capacidad para gestionar deudas adicionales y puede aumentar la solvencia crediticia.
- Historial de pagos: Los acreedores revisan el historial de pago de préstamos, tarjetas de crédito y facturas anteriores. Los pagos puntuales y constantes mejoran la solvencia, mientras que los retrasos o impagos pueden afectarla negativamente.
- Utilización del crédito: Se refiere a la cantidad de crédito disponible que utiliza un prestatario. Unos índices de utilización del crédito más bajos sugieren una gestión responsable del crédito y pueden influir positivamente en la solvencia crediticia.
- Duración del historial crediticio: Un historial crediticio extenso puede proporcionar más datos a los acreedores para evaluar la solvencia. Les permite evaluar los patrones de reembolso de un prestatario durante un periodo prolongado.
- Registros públicos: Los acreedores comprueban si hay quiebras, embargos fiscales, sentencias u otras acciones legales que puedan afectar a la capacidad del prestatario para devolver las deudas.
- Deuda existente: El importe total de la deuda pendiente de un prestatario puede afectar a su solvencia. Los acreedores tienen en cuenta los préstamos existentes, los saldos de las tarjetas de crédito y otras obligaciones financieras del prestatario.
- Solicitudes de crédito: Las solicitudes de crédito frecuentes en un corto periodo de tiempo pueden preocupar a los acreedores, ya que podrían indicar inestabilidad financiera o un alto nivel de endeudamiento.
- Garantías o avales: En los préstamos garantizados, los acreedores evalúan el valor y la calidad de la garantía que aporta el prestatario. Esta garantía sirve como fuente de reembolso de reserva en caso de impago.
¿Cuál es la diferencia entre deuda garantizada y no garantizada?
La deuda garantizada y la deuda no garantizada son dos tipos diferentes de obligaciones financieras. La principal diferencia entre ambas radica en la presencia o ausencia de garantías.
Deuda garantizada:
La deuda garantizada es un tipo de préstamo que está respaldado por una garantía, que es un activo que el prestatario pignora como garantía del préstamo. En caso de que el prestatario incumpla el préstamo, el prestamista tiene derecho a embargar la garantía para recuperar sus pérdidas. Ejemplos comunes de deuda garantizada son las hipotecas y los préstamos para automóviles. En estos casos, la propiedad financiada (como una casa o un coche) sirve de garantía.
Deuda no garantizada:
En cambio, la deuda no garantizada no está respaldada por una garantía. Esto significa que no hay un activo específico que el prestamista pueda reclamar si el prestatario no devuelve el préstamo. Ejemplos de deuda no garantizada son las deudas de tarjetas de crédito, préstamos personales, facturas médicas y préstamos estudiantiles. Como no hay garantías, los prestamistas se basan en la solvencia, los ingresos y el historial crediticio del prestatario para determinar si puede optar a un préstamo sin garantía.
En términos de riesgo, la deuda garantizada se considera menos arriesgada para los prestamistas porque tienen una garantía a la que recurrir en caso de impago. En consecuencia, la deuda garantizada suele tener tipos de interés más bajos que la deuda no garantizada. Por otro lado, la deuda no garantizada supone un mayor riesgo para los prestamistas, por lo que pueden cobrar tipos de interés más altos e imponer criterios de elegibilidad más estrictos.
¿Qué derechos legales tienen los acreedores si un deudor no paga?
Cuando un deudor no paga sus deudas, los acreedores tienen varios derechos legales que ejercer para recuperar la cantidad adeudada. Estos derechos pueden variar en función de la jurisdicción y de las condiciones específicas del acuerdo de deuda, pero en general incluyen los siguientes:
- Gestiones de cobro: Los acreedores tienen derecho a iniciar gestiones de cobro para recuperar la deuda. Esto puede incluir ponerse en contacto directamente con el deudor, enviar cartas de cobro o utilizar una agencia de cobro de deudas para perseguir el pago.
- Demandas judiciales: Los acreedores pueden presentar una demanda contra el deudor para obtener una sentencia. Si tiene éxito, el tribunal puede dictar una sentencia a favor del acreedor, lo que le permite exigir legalmente el pago de la deuda.
- Embargo de salario: En algunos casos, los acreedores pueden embargar el salario del deudor. Esto significa que una parte del salario del deudor se deduce directamente de su cheque de pago y se aplica a la deuda adeudada.
- Embargo de cuenta bancaria: Los acreedores pueden solicitar una orden judicial para congelar la cuenta bancaria del deudor y retirar fondos para satisfacer la deuda contraída.
- Embargo de bienes: Los acreedores pueden embargar los bienes del deudor, como una casa o un coche, para garantizar la deuda. Si el deudor vende la propiedad, el acreedor tendría derecho a cobrar de los ingresos.
- Reposesión: Si la deuda está avalada por una garantía, como un coche o una casa, los acreedores tienen derecho a recuperar la propiedad si el deudor no paga. El proceso concreto puede variar según la jurisdicción y las condiciones del acuerdo.
- Informes de crédito: Los acreedores pueden informar de la deuda impagada a las agencias de crédito, lo que puede afectar negativamente a la puntuación crediticia del deudor y dificultarle la obtención de crédito en el futuro.
¿Pueden los acreedores embargar la seguridad social?
No, los acreedores no pueden embargar las prestaciones de la Seguridad Social. Las prestaciones de la Seguridad Social están protegidas por la ley federal y están exentas de la mayoría de las formas de cobro de deudas, incluido el embargo de salarios. Sin embargo, hay algunas excepciones a esta regla. Las prestaciones de la Seguridad Social pueden embargarse para pagar impuestos federales impagados, préstamos federales para estudiantes, pensiones alimenticias y otras deudas federales. Las leyes estatales varían, por lo que es importante consultar con un profesional del derecho para conocer las normas y excepciones específicas de su jurisdicción.
¿Pueden los acreedores embargar el salario?
Sí, los acreedores pueden embargar el salario en determinadas circunstancias. Cuando una persona tiene una deuda y no la paga, el acreedor puede obtener una orden judicial que le permita embargar el salario del deudor. Esto significa que una parte del salario del deudor será retenida por su empleador y pagada directamente al acreedor hasta que se satisfaga la deuda. Las normas y limitaciones específicas relativas al embargo de salarios varían según la jurisdicción.
¿Pueden los acreedores perseguir a los beneficiarios?
No, por lo general, los acreedores no pueden perseguir a los beneficiarios para cobrar las deudas del difunto. Cuando una persona fallece, sus deudas suelen pagarse con su patrimonio. Los beneficiarios reciben su herencia una vez saldadas las deudas. Sin embargo, hay algunas excepciones a esta regla. En determinadas situaciones, los acreedores pueden ir a por los beneficiarios, como cuando el beneficiario es también cosignatario o avalista de la deuda o si el beneficiario recibió la herencia por medios fraudulentos.
¿Están protegidas las cuentas individuales frente a los acreedores?
En Estados Unidos, las cuentas individuales de jubilación (IRA) pueden tener distintos niveles de protección frente a los acreedores, dependiendo del tipo de IRA y del estado en el que resida. He aquí algunas directrices generales:
- IRA tradicionales: Estas cuentas IRA suelen gozar de cierto nivel de protección frente a los acreedores en los procedimientos de quiebra, gracias a las leyes federales de quiebra. A partir de abril de 2021, el importe máximo de protección es de $1.362.800 por persona. Este importe se ajusta periódicamente en función de la inflación.
- Cuentas IRA Roth: Las cuentas IRA Roth también gozan de protección frente a los acreedores en caso de quiebra, con el mismo límite máximo que las cuentas IRA tradicionales.
- IRA SEP e IRA SIMPLE: Estas cuentas IRA, que suelen utilizar los autónomos o los propietarios de pequeñas empresas, tienen una protección frente a los acreedores similar a la de las cuentas IRA tradicionales y Roth.
Es importante señalar que estas protecciones se aplican específicamente a los casos de quiebra. Fuera de la quiebra, el nivel de protección de los acreedores para las cuentas IRA puede variar significativamente según el estado. Algunos estados ofrecen protección total, mientras que otros pueden tener ciertos límites o exclusiones. Debe consultar a un abogado o asesor financiero cualificado para conocer las leyes específicas de protección de los acreedores de su estado.
Además, cabe mencionar que la protección de los acreedores puede no aplicarse en determinadas situaciones, como si utiliza los fondos de su cuenta IRA con fines fraudulentos o si debe dinero al gobierno (por ejemplo, por impuestos impagados o préstamos federales para estudiantes).
¿Puede un acreedor quedarse con bienes de propiedad conjunta?
Sí, un acreedor puede potencialmente quedarse con bienes de propiedad conjunta en determinadas circunstancias. Si uno de los copropietarios tiene una deuda u obligación legal, el acreedor puede tratar de hacer cumplir la deuda mediante la colocación de un gravamen sobre los bienes de propiedad conjunta. Esto significa que el acreedor puede embargar y vender la propiedad para satisfacer la deuda, incluso si el otro copropietario no es personalmente responsable de la deuda. Sin embargo, las normas y leyes específicas al respecto pueden variar en función de la jurisdicción y del tipo de acuerdo de propiedad.
¿Pueden los acreedores quedarse con el producto del seguro de vida?
En la mayoría de los casos, los acreedores no pueden quedarse directamente con el producto del seguro de vida. Las pólizas de seguro de vida suelen tener un beneficiario designado que recibe el producto a la muerte del asegurado. Estos beneficios suelen estar protegidos de los acreedores y no se consideran parte del patrimonio del asegurado. Sin embargo, puede haber excepciones a esta regla. Por ejemplo, si el beneficiario es el patrimonio del asegurado o si la póliza se ha cedido como garantía de un préstamo, los acreedores pueden reclamar el producto del seguro de vida. Es importante consultar con un profesional del derecho para conocer las leyes y normativas específicas de su jurisdicción.
¿Están protegidas las rentas vitalicias frente a los acreedores?
La protección de las rentas vitalicias frente a los acreedores varía en función de la jurisdicción. En muchos casos, las rentas vitalicias gozan de cierto nivel de protección frente a los acreedores, principalmente si se consideran rentas vitalicias “cualificadas”.
En Estados Unidos, las rentas vitalicias cualificadas, que suelen adquirirse con fondos procedentes de una cuenta de jubilación con ventajas fiscales, como una cuenta IRA o 401(k), suelen estar protegidas de los acreedores por la legislación federal. Estas protecciones suelen estar contempladas en la Ley de Seguridad de los Ingresos de Jubilación de los Empleados (ERISA) y en el Código de Rentas Internas (IRC). Sin embargo, puede haber excepciones, como en el caso de ciertos tipos de sentencias judiciales o reclamaciones relacionadas con la manutención de los hijos o la pensión alimenticia.
En cambio, las rentas vitalicias no cualificadas pueden no tener el mismo nivel de protección frente a los acreedores. Se trata de anualidades que se adquieren con fondos después de impuestos. El nivel de seguridad de las rentas vitalicias no cualificadas puede variar en función de las leyes estatales. Algunos estados proporcionan una protección significativa para estas anualidades, mientras que otros pueden ofrecer una protección limitada o nula.
¿Están protegidas de los acreedores las cuentas de jubilación?
Las cuentas de jubilación suelen estar protegidas de los acreedores hasta cierto punto. En Estados Unidos, las cuentas de jubilación, como las 401(k)s, las IRA (cuentas individuales de jubilación) y las pensiones, suelen estar protegidas de los acreedores en caso de quiebra. Esta protección está prevista por la ley federal en virtud de la Employee Retirement Income Security Act (ERISA) y la Bankruptcy Abuse Prevention and Consumer Protection Act (BAPCPA).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta protección tiene algunas excepciones y limitaciones. Por ejemplo, ciertos tipos de acreedores pueden acceder a los fondos de las cuentas de jubilación en determinadas circunstancias, como impuestos impagados, obligaciones de manutención de menores o pensión alimenticia, o determinadas sentencias relacionadas con fraude o actividades delictivas.
Además, el nivel de protección puede variar en función del tipo específico de cuenta de jubilación y de las leyes del estado en el que resida. Algunos estados tienen leyes adicionales que proporcionan protección adicional a las cuentas de jubilación más allá del nivel federal.
¿Pueden los acreedores ir tras un fideicomiso irrevocable?
Las leyes relativas a los fideicomisos y la protección de los acreedores pueden variar en función de la jurisdicción. Sin embargo, en muchos casos, un fideicomiso irrevocable puede ofrecer cierta protección a los acreedores.
Un fideicomiso irrevocable es un tipo de fideicomiso que, una vez establecido, no puede ser modificado ni revocado por la persona que lo creó (el otorgante). Al transferir activos a un fideicomiso irrevocable, el otorgante retira de hecho esos activos de su propiedad y control.
En algunas jurisdicciones, un fideicomiso irrevocable puede ofrecer protección frente a los acreedores, lo que significa que los activos mantenidos en el fideicomiso pueden estar protegidos frente a determinadas reclamaciones de los acreedores. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta protección tiene excepciones y limitaciones. Por ejemplo, si un acreedor puede demostrar que el otorgante estableció el fideicomiso para defraudar a los acreedores o evitar el pago de deudas, un tribunal puede permitir que se acceda a los activos del fideicomiso para satisfacer esas deudas.
Las normas y protecciones específicas en torno a los fideicomisos irrevocables y las demandas de los acreedores pueden variar, por lo que es importante consultar a un abogado cualificado especializado en derecho fiduciario en su jurisdicción para obtener un asesoramiento preciso y personalizado basado en su situación específica.
¿Con qué frecuencia se oponen los acreedores a la exoneración?
La frecuencia con la que los acreedores se oponen a la exoneración en los casos de quiebra puede variar en función de diversos factores, como las circunstancias específicas de la reclamación y la jurisdicción. En algunos casos, los acreedores pueden optar por no oponerse a la exoneración si creen que es poco probable que tenga éxito o si la deuda contraída con ellos es pequeña. Sin embargo, en otros casos, los acreedores pueden oponerse a la exoneración si tienen razones válidas para creer que el deudor no debe ser exonerado, por ejemplo, si el deudor ha participado en actividades fraudulentas o no ha cumplido con sus obligaciones en virtud del código de bancarrota. Es importante señalar que la frecuencia o el porcentaje exacto de acreedores que se oponen a la exoneración no está fácilmente disponible ni documentada de forma sistemática.
¿Cómo negociar con los acreedores?
Negociar con los acreedores puede ser una estrategia útil para gestionar su deuda y mejorar su situación financiera. He aquí algunos pasos para negociar con los acreedores de forma eficaz:
- Evalúe su situación financiera: Antes de dirigirse a los acreedores, evalúe sus ingresos, gastos y deuda total. Determine cuánto puede pagar de forma realista y elabore un presupuesto.
- Priorice sus deudas: Identifique cuáles son las más urgentes o las que tienen los tipos de interés más altos. Esto le ayudará a centrar sus negociaciones en las deudas más críticas.
- Ponte en contacto con tus acreedores: Ponte en contacto directamente con tus acreedores y explícales tus dificultades financieras. Sea honesto y transparente sobre su situación y exprese su voluntad de encontrar una solución. Facilítales toda la documentación necesaria para respaldar tu caso, como justificantes de ingresos o facturas médicas.
- Proponga un plan de amortización: Ofrezca un plan de reembolso realista que se ajuste a su presupuesto. Puede sugerir una reducción de los pagos mensuales, una suspensión temporal de los pagos o una liquidación a tanto alzado si puede permitírselo. Prepárese para negociar y encontrar una solución mutuamente aceptable.
- Solicite una reducción del tipo de interés: Pregunta a tus acreedores si están dispuestos a bajar los tipos de interés de tus deudas. Un tipo de interés reducido puede hacer que tus pagos sean más manejables y ayudarte a saldar la deuda más rápidamente.
- Póngalo todo por escrito: Cuando llegue a un acuerdo con sus acreedores, póngalo por escrito. Esto te protegerá de futuras disputas o malentendidos.
- Cumpla las condiciones acordadas: Realice todos los pagos según lo acordado y cumpla las condiciones negociadas. Así demostrarás tu compromiso y fiabilidad, lo que puede abrir futuras oportunidades de negociación.
- Busque ayuda profesional si la necesita: Si negociar con los acreedores le resulta abrumador o no consigue llegar a un acuerdo satisfactorio, considere la posibilidad de pedir ayuda a una agencia de asesoramiento crediticio o a una empresa de liquidación de deudas de confianza.
Recuerde que la clave para negociar con éxito es ser proactivo, honesto y abierto a encontrar una solución beneficiosa para ambas partes.
¿Cómo afecta la quiebra a los acreedores?
La quiebra puede tener efectos significativos sobre los acreedores. He aquí algunas formas en que los acreedores pueden verse afectados:
- Pérdida de reembolso: Cuando un deudor se declara en quiebra, por lo general significa que no puede pagar sus deudas en su totalidad. Como resultado, los acreedores pueden enfrentarse a una pérdida o reducción de la cantidad que se les debe.
- Retraso en el reembolso: En algunos casos, los acreedores pueden tener que esperar un período prolongado para recibir cualquier reembolso, especialmente si el deudor se acoge al Capítulo 7 de bancarrota, que implica la liquidación de activos para pagar a los acreedores.
- Prioridad de reembolso: Las leyes de quiebra dan prioridad a ciertos tipos de acreedores. Los acreedores garantizados, como los que tienen hipotecas o gravámenes sobre los bienes del deudor, suelen tener más posibilidades de recuperar sus deudas que los acreedores no garantizados.
- Acuerdos negociados: En algunos casos de quiebra, los acreedores pueden estar dispuestos a negociar un acuerdo con el deudor, aceptando una cantidad reducida o condiciones de pago modificadas para evitar no recibir nada en absoluto.
- Gastos legales: Los acreedores pueden incurrir en gastos legales si deben emprender acciones legales para proteger sus derechos o cobrar cualquier deuda pendiente durante el proceso de quiebra.
- Impacto en futuros préstamos: Si un acreedor experimenta pérdidas significativas debido a una quiebra, puede afectar a su disposición a conceder préstamos a personas o empresas con antecedentes de quiebra en el futuro.
¿Pueden los acreedores vender o transferir deudas a terceros?
Sí, los acreedores pueden vender o transferir deudas a terceros. Este proceso se conoce como cesión o venta de deuda. Cuando se vende una deuda, el acreedor transfiere los derechos de cobro de la deuda al tercero, que se convierte en el nuevo propietario. El nuevo propietario tiene entonces la autoridad legal para perseguir el cobro de la deuda del deudor. Es importante señalar que las condiciones de la deuda, como el tipo de interés y los plazos de amortización, no suelen variar tras la cesión.